Siendo cabecera de la meseta que ostenta su nombre (la Mesa de Ocaña), esta localidad toledana se cuenta entre las de mayor pujanza de la provincia y de toda la comunidad autónoma. El municipio que triunfó en el 50º Aniversario del certamen rezuma historia y belleza a partes iguales.
Una pizca de historia
Fue durante el reinado de Alfonso VI de León, cuando sucesivamente pasaba de manos árabes a cristianas, cuando la localidad empezó a cobrar importancia. Integrante de la Orden de Santiago, Ocaña fue testigo de la primera "cita" de los Reyes Católicos, así como de las estancias temporales de su yerno, el breve rey Felipe I de Castilla; y del nieto de éste. Sería en los siglos de su reinado (ss. XVI y XVII) cuando la configuración urbanística de la urbe adquiriese impulso.
Varios siglos más tarde, durante la Guerra de la Independencia española, se desató la Batalla de Ocaña (1809), que vería la derrota del general Juan Carlos de Aréizaga que serviría de puerta a La Mancha y las tierras del sur peninsular a los franceses.
Victorias (2)

Laura Parla Sáiz
2018

Mª Victoria Barroso García
2013
Tradición de renombre

Como reza su propio lema para esas fechas, Ocaña tiene "Pasión por la Semana Santa".
No en vano, sus diez cofradías, algunas de las cuales datan de la Edad Moderna (s. XV-XVIII); y sus imágenes móviles como la de Jesús Nazareno durante la Procesión de las Caídas de la mañana del Viernes Santo, hicieron valedora a la Semana Santa de Ocaña del título de Fiesta de Interés Turístico Nacional.
A la época cofrade se suman la tradición del canto de los mayos en el quinto mes del año, un verano repleto de citas culturales (conciertos, danza, Noche en Blanco) y un lugar para el teatro, concretamente encuadrado en el Festival de Teatro Peribáñez. Toma su nombre de la obra literaria de Lope de Vega que encumbraría a este municipio: Peribáñez y el comendador de Ocaña, cuya representación gracias a un nutrido equipo actoral goza de gran reconocimiento y afluencia, con ediciones tan exitosas como la de 2014.