Conforme se aproxima el 3 de septiembre, fecha de la 48ª Elección de la Reina de La Mancha, la lista de concursantes sigue creciendo antes de cerrarse definitivamente. A un par de días de la confirmación de Ciruelos y Gálvez como nuevas incorporaciones para la edición 2016, otro par de localidades se suman también al certamen.
De esta forma, asciende a 43 la cifra de municipios que concursarán en esta edición, con 4 incorporaciones, lo que supone un récord histórico en los últimos años.
Tarancón
La segunda ciudad en importancia de la provincia de Cuenca, capital de La Mancha Alta conquense, alberga en torno a 16500 habitantes. Con orígenes celtíberos y vestigios romanos —como su puente sobre el río Riánsares—, destaca en su medieval barrio de Castillejo la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción —popularmente conocida como "Giralda manchega"—, Bien de Interés Cultural, cuyo retablo plateresco es centro de todas las miradas. La Ermita de Riánsares, el Convento de los Franciscanos, la Casa-Palacio de los Parada y el Palacio de los Duques de Riánsares —actual sede del ayuntamiento taranconero— son algunos de los edificios de obligada visita del lugar. En la actualidad, dirige su consistorio José López Carrizo.
Entre sus festividades más representativas deben citarse: el multitudinario carnaval con su sábado yeyé; la Semana Santa y su Pasión Viviente, declarada de Interés Turístico Regional; y sus Fiestas patronales en honor a la Virgen de Riánsares, que se extienden del 7 al 13 de septiembre, coincidiendo casualmente su inicio con el de las Fiestas de Miguel Esteban.
Villalgordo del Marquesado
También en la provincia de Cuenca, este pequeño rincón posee como atractivos turísticos los chozos de pastores (recuerdan a las casas de la Edad de Hierro), las Minas romanas de Espejillo y la parroquia de Ntra. Sra. de los Remedios. Su fiesta más conocida es la del Cristo de la Vera Cruz el 3 de mayo. Natalio Valencia López es alcalde de esta localidad.
Deseamos a Tarancón y Villalgordo del Marquesado, a sus representantes, acompañantes y vecinos que, junto al resto de concursantes de otros pueblos, vivan una feliz experiencia en el ambiente de confraternización que se erige como espíritu del Certamen Reina de La Mancha.